Se apagó la voz que narraba la historia con pasión
Se me fue mi profesora de historia y geografía. Su partida me deja desprovista de esa luz que irradiaba en cada lección y en cada gesto.
Antes del auge tecnológico, los profesores tenían que impartir conocimiento usando tres instrumentos básicos: la tiza, el tablero y la voz. Había voces firmes, calmadas, amables, gritonas, suaves y otras dulces y alegres como la de la profesora Gloría Aldana; mi querida profe de historia y geografía durante la secundaria.
A lo largo de mi vida he estudiado en dos colegios y dos universidades en Colombia, además de instituciones en Europa. Incluso ahora, como profesora de lenguas extranjeras, puedo decir con total convicción que jamás he conocido a alguien que impartiera clases con el arte y el amor que la profesora Gloria ponía en cada una de las suyas.
Mi profe tenía un don único: narraba la historia universal con tal fervor que las fechas, los lugares y los personajes parecían cobrar vida en el aire. Con sus palabras, pintaba la batalla de Stalingrado, el desembarco de Normandía y la liberación de París como si estuvieran sucediendo justo frente a nuestros ojos. Cada lección era un viaje en el tiempo. Después de escucharla, yo no tenía que repasar porque, en el salón de clase, ella lograba su cometido: me enseñaba su materia y yo aprendía todo el contenido de una sola vez.
Pero sus clases no terminaban cuando sonaba la campana. De regreso a casa, sus palabras, como si fueran una canción pegajosa, me seguían rondando por la cabeza. A cada paso que daba por el camino polvoriento y pedregoso, mi imaginación volaba y, literalmente yo me transportaba a esos lejanos lugares europeos. Cuando las hojas de los árboles se caían, yo sentía la melancolía del otoño en pleno trópico, y cuando los jardines florecían, gracias a sus explicaciones sobre las estaciones, yo experimentaba la esperanza de mi propia primavera en plena cordillera de los Andes.
Como mujer, la profe Gloria ha sido una de las damas más elegantes que he conocido. Tenía un gusto exquisito por la moda y siempre se veía impecable a cualquier hora del día y en cualquier lugar donde uno se la encontrara. Una vez la visité en su casa y conversé con ella durante un largo rato. Hablaba con palabras refinadas pero comprensibles, y su interés por lo que yo pensaba de la vida fue realmente genuino. Esa tarde la admiré más como ser humano, la quise más como profesora y la respeté más como mujer. ¡Mi profe era bella por dentro y por fuera!
En las charlas de comportamiento y salud nos hablaba a las chicas con mesura sobre los temas espinosos de ese entonces, pero sin tapujos. Para ella, tener novio y darse besos no era tabú, y lo decía abiertamente. Su mente era libre y progresista, pero siempre con una discreción que inspiraba confianza y respeto.
Profesora de varias generaciones, enseñaba con amor y rigor. Era bastante exigente y premiaba el esfuerzo sin olvidarse de apoyar al menos fuerte.
Mi amistad entrañable con el mapamundi y el globo terráqueo se desarrolló en sus clases. Con ella, mi agilidad mental se fortaleció porque a todos nos pedía que le mostráramos en el mapa lugares tan remotos como la península del Labrador o la de Kamchatka, en el otro extremo del mundo. Mi vocabulario se enriquecía con nombres hermosos de países y capitales como Gran Bretaña y Singapur.
Gracias, mi profe Gloria, por tanta dedicación y esmero y por querer lo mejor para sus estudiantes. Usted fue una gran inspiración y un extraordinario ejemplo para los que tuvimos la suerte de recibir su orientación. Su legado vivirá en cada uno de sus estudiantes.
A nuestra profesora Gloria, un adiós cariñoso, y que disfrute de las maravillas del cielo.
Gracias por poner en un escrito tan bello lo que significa tener acceso a una educación de calidad.
ReplyDeleteIsa los buenos ejemplos y el trabajo abnegado de nuestros profesores de los Colegios, para esa época son insuperables... Una fuente inagotable de buenos recuerdos
ReplyDeleteBellas palabras y que sentimiento puro Isabel, gracias por ello. Los que fuimos alumnos de nuestra profesora Gloria estaremos eternamente agradecidos por la dicha de haber sido parte de su vida.
ReplyDeleteAth EMERSON ALBARRACIN
ReplyDeleteGracias Isabel por este escrito tan hermoso. Mi madre siempre se sintió orgullosa de cada triunfo de sus estudiantes los sentia propios
ReplyDeleteQue hermosa remembranza Isabel, Dios se lo pague y mil bendiciones más para la profe Gloria Inés!
ReplyDeleteAfortunados quienes tuvimos las dicha de ser sus hijo adoptivos por unas horas en los salones de clase, por ser los receptores de esa magnífica enseñanza, ella ahora está con la dicha del deber cumplido para cada uno de nosotros, sus enseñanzas perdurarán en el tiempo, el cielo a recibido un ser maravilloso que igual que en la tierra seguirá brillando con luz propia. Buen viaje profe, más delante nos encontraremos para seguir escuchando las historias narradas con tanta devoción.
ReplyDeleteFue un honor ser su alumno, dejó marcado su sello, el de la excelencia! La recuerdo con admiración y respeto por su legado, me ayudó a descubrir fortalezas para mi desarrollo profesional, su estilo único para enseñar me transporta en el túnel del tiempo a los espacios académicos donde a aún resuena su voz y se ven marcadas sus huellas! En mi memoria por siempre!
ReplyDeleteFue una alegría poder ser parte de esos estudiantes Gracias por describirla también.
ReplyDeleteFue .muy gratificante ser su alumna como recuerdo esos albunes de sociales que nos dejó tantas enseñanzas y se ve reflejado con las preguntas de
ReplyDeleteMaria Isabel, tuviste una gran suerte y privilegio el ser alumna de tan adorable y especial profesora. Hoy en dia ya son muy pero muy pocas las profesoras de ese estilo y dedicacion. Felicitaciones por tan hermoso comentario. Vilma
ReplyDeleteGracias por sus palabras. Expresan mi sentir, fuistes y seras la mejor mi profe bella.
ReplyDeleteGracias por por esa palabras tan presisas como describiste a la profesora Gloria todos quienes la conocimos te nemostramos maravillosos recuerdos de sus clase de Historia y geografías
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