Sunday 1 September 2024

El costo de oportunidad

 Lo que hay que pagar cuando uno toma decisiones

“La vida tiene muchas opciones, no tienes que escoger siempre la que parece mejor, sino la que te haga feliz.” Paulo Coelho


Hay conceptos que se aprenden y que lo marcan a uno para toda la vida. Cuando hice mi Máster en Economía, el profesor Wilson Marín nos explicó en una de sus clases de microeconomía el concepto del costo de oportunidad de los bienes y servicios.

A nivel económico, este representa la cantidad de otros bienes o servicios a los que se debe renunciar para obtener el bien que se quiere. es decir, adquiero un bien y ese bien reemplazaría al otro que no adquiriría. Compro un pastel de fresa a cambio de uno de chocolate; renuncié a saborear el chocolate, pero puedo disfrutar del sabor de la fresa.

En otras palabras, como bien lo explica en Banco Santander en su sitio Web, “es el coste de la alternativa que se desecha cuando se toma una decisión, e incluye los beneficios que podrían haber sido obtenidos si se hubiera elegido esa opción.”

Cuando uno toma decisiones hay un costo, que en la vida cotidiana significaría un “sacrificio” o una “renuncia” a no tener otro. En la universidad este concepto fue toda una revelación no solamente para mí sino también para algunos compañeros del Máser, que no tenían una formación economía sino una carrera afín, como en el caso mío que estudié el periodismo. De hecho, tuvimos varias conversaciones al respecto y discutimos el costo de oportunidad por ejemplo entre casarse o quedarse soltero, entre ir de vacaciones o ahorrar el dinero. Los más listos analizaban el costo de oportunidad entre estudiar una carrera o conseguir un trabajo.

El concepto del costo de oportunidad apareció nuevamente en mi vida hace unas semanas durante mis vacaciones en Irlanda. El hotel donde nos quedamos ofrecía un desayuno buffet con mucha variedad. Al momento de desayunar, ignoré la sección de panes, tartas y croissants. La idea del costo de oportunidad se me apareció al llegar a la sección de frutas que estaba seguida por la del típico desayuno irlandés. Este, al igual que el desayuno inglés normalmente incluye tocino, salchichas, huevos, tomates fritos, morcilla, fríjoles guisados, champiñones fritos, pan y una especie de patatas fritas.

 

El dilema empezó cuando me pregunté si quería tomar para el desayuno una ensalada de frutas con una taza de té verde o un desayuno típico irlandés. Me interesan los temas relacionados con la salud y por eso sabía a cabalidad los beneficios de las dos opciones. Pensé que las frutas me iban a aportar vitaminas, minerales, fibra, etc., y el té verde muchos antioxidantes. El desayuno irlandés me iba a brindar principalmente grasa y proteína animal. Las dos opciones me encantaban, sin embargo, el contenido calórico del desayuno irlandés era mucho más alto.

Finalmente me decidí por el desayuno irlandés y como consecuencia de haberlo disfrutado ahora tengo unos kilos de más que tengo que quemarlos haciendo más ejercicio. Desde luego que esto no hubiera sucedido si hubiera desayunado con fruta.

La situación se repitió al visitar la destilería Jameson y la planta de la cervecería Guinness donde ofrecen whisky y cerveza para que los visitantes degusten el producto. No me iba a perder la oportunidad de probar estas bebidas servidas directamente en su casa, así que me tomé algunas Guinness y varias copas de whisky. Claro, la otra opción era beber agua o un refresco. Sabía que con las bebidas alcohólicas estaba consumiendo azúcar y que eso iba a repercutir en el peso.

  

El costo de oportunidad es tenido en cuenta por las empresas al momento de decidir lo que van a producir. Sin embargo, se puede aplicar a nivel personal para tomar decisiones bien informadas. He hablado con el profesor universitario Luis Carlos Guzmán quien ha enriquecido mi artículo con los siguientes ejemplos.

Planear el sitio para las vacaciones. Podemos escoger las Islas Fiji, ir a los Estados Unidos o visitar una aldea local. Si mi decisión es Los Estados Unidos sacrificaría no poder estar en Fiji o en la aldea local, ese sacrificio lo referenciamos como costo de oportunidad.

Ofrecen un concierto en la ciudad, pero ese día es el cumpleaños número 100 de mi abuela que vive en un pueblo cercano. Si escojo ir al concierto me pierdo la celebración familiar. Ese es mi costo.

Me invitan a salir con unos amigos a acampar, pero también tengo un partido de fútbol de mi hijo menor. Si escojo ir al partido no puedo ir a acampar, es mi costo de oportunidad de cumplir con la familia.

Para concluir, conocer, entender y aplicar el concepto del costo de oportunidad es importante para tomar buenas decisiones tanto a nivel empresarial como a nivel personal. Este permite evaluar las consecuencias tanto positivas como negativas de la elección que uno haga.  Además, la toma de decisiones se hace con base en la información que uno tiene sobre las ventajas y las desventajas de tomar determinada opción y por lo tanto nos evitará tomar decisiones precipitadas.

Como diría mi profesor Wilson Marín, en una gran medida uno es producto de las decisiones que toma en la vida y por eso hay que hacer un esfuerzo consciente para tomar las mejores decisiones.

 

Bibliografía

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