Thursday, 1 February 2024

La importancia de confrontar el miedo

 Miedo bueno y miedo malo

 

 

El miedo es un sentimiento que es definido como la angustia que se siente ante un riesgo o daño que puede ser tanto real como imaginario. También es un recelo o una aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contario a lo que desea.

El miedo es un sentimiento negativo que si no se confronta de manera adecuada puede afectar la calidad de vida de la persona. La palabra miedo tiene varios sinónimos, por ejemplo:  pavor, susto, pánico, espanto, sobresalto, alarma, terror, entre otros.

El neurocirujano español Mario Puig explica que el miedo es necesario para actuar rápidamente en situaciones de peligro, como sería el caso de enfrentarnos a un depredador. Sin embargo, este pavor se convierte en un problema cuando la mente utiliza estos mecanismos de defensa para general miedos que vivimos como si fueran reales pero que son simples alucinaciones o espejismos que la mente crea. De manera que el miedo es un mecanismo que actúa de doble vía. Puede ser un aliado que nos protege de peligros reales, pero también puede crearnos conflicto cuando está fundado en la imaginación debido a que se convierte en una barrera.

Para entender el miedo, el doctor Puig afirma que hay dos tipos de pensamiento. En primer lugar, está el pensamiento automático que es el que manejamos diariamente para emitir juicios y prejuicios. Este nos lleva a juzgar a personas, situaciones y cosas de manera automática, sin reflexionar y por lo tanto tiene un impacto negativo en la salud mental.

En segundo lugar, existe el pensamiento reflexivo que es objetivo y de sosiego. Este nos ayuda a ser racionales y por tanto aquieta la mente. Este pensamiento reflexivo que es productivo nos sirve para actuar con cautela. Hay que cultivar el pensamiento reflexivo y entrenar la menta para ello, porque es el que nos sirve para gestionar el miedo.

¿Cómo se produce el miedo?

 

Source: Image taken from https://www.blogdebiologia.com/sistema-limbico.html

En el cerebro tenemos el sistema límbico que es el encargado de regular las emociones, al igual que las funciones de conservación del individuo. En esta región del cerebro está ubicada la amígdala que es la encargada de detectar fuentes de peligro y producir sentimientos tanto de miedo como de ansiedad.

Los estímulos son percibidos por la amígdala. Cuando se perciben amenazas, la amígdala responde activando varias áreas cerebrales que preparan a la persona tanto para luchar como para huir y buscar protección. La amígdala libera las hormonas del estrés y activa el sistema nervioso simpático que es clave para preparar al cuerpo durante situaciones de emergencia.

Para hacer frente al peligro, el sistema nervioso simpático provoca una serie de cambios corporales que preparan al individuo para enfrentarlo. Se produce inmediatamente una hiperactividad del cerebro, la respiración se acelera, las pupilas se dilatan, al igual que los bronquios. También, se produce un aumento en el flujo de glucosa a los músculos, al igual que en la frecuencia cardiaca y en la presión arterial. En contraste, los órganos no vitales para la supervivencia se vuelven más lentos.

Miedos más comunes

Para que nos sirva de consuelo, todos los seres humanos padecemos de algún tipo de miedo. Hay miedos individuales que son derivados del tipo de personalidad. Psychology Today (March 2012) señala que hay cinco tipos de miedo que son comunes en todos los seres humanos:

  • LA EXTINCION: Es el miedo a la muerte. De ahí se deriva el miedo a las alturas o a volar.
  • LA MUTILACION: Es el miedo a perder algún órgano del cuerpo. De ahí se desprende el miedo a algunos animales que pueden atacar el cuerpo como los insectos y las víboras.
  • LA PERDIDA DE AUTONOMIA: Es el miedo a no ser independiente e incluye no poder moverse y otros aspectos como la claustrofobia.
  • LA SOLEDAD: Es el miedo al abandono, al rechazo, a convertirse en una persona no deseada o respetada por los demás.
  • EL DAÑO AL EGO: Es el miedo a ser humillado o avergonzado. De ahí viene por ejemplo el miedo de hablar en público.

Estrategias para superar el miedo

 

El National Health Service (HNS) del Reino Unido, o Sistema Nacional de Salud, recomienda las siguientes técnicas para controlar el miedo.

  • Cuando esté relajado, reflexione en cómo se siente físicamente al experimentar miedo. Esto le ayudará a gestionarlo.
  • Cambie su forma de ver el miedo. Recuerde que el miedo es un aliado en situaciones de peligro. Comprender esto nos puede ayudar a exponernos gradualmente a situaciones que nos producen miedo para manejarlas con éxito.
  • Analice y califique las situaciones de miedo de 0 a 100. Esto le ayudará a establecer a priori la intensidad de sus sentimientos con respecto al miedo.
  • Una vez conozca las situaciones que le producen miedo, empiece a resolverlas empezando por la situación que le resulte más incómoda. Esto puede resultarle difícil al principio, pero hay que ser persistente. Cuantas más veces afronte un miedo, menos aterrador se vuelve.
  • Al enfrentar el miedo, permítase sentirse preocupado o asustado sin depender de distracciones. Esto puede ayudarle a demostrarse a sí mismo que es capaz de afrontar la situación sin estar huyendo o escondiéndose.
  • Tenga paciencia consigo mismo y maneje el miedo sin apresurarse. Superar un miedo puede tardar algún tiempo. Una vez ese miedo se haya reducido a la mitad puede enfrentar el siguiente que tenga en su lista. Con el tiempo podrá superarlos todos gradualmente y controlarlos mejor.

Para concluir, el miedo es un sentimiento negativo que puede convertirse en un obstáculo bastante serio para avanzar en la vida de manera efectiva. Hay que tratar de ser valiente para aprender a gestionar los miedos. Bien lo dijo el presidente Franklin Roosevelt: “A lo único que debemos tenerle miedo es al miedo mismo.”

Bibliografía:




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