Hace unas semanas estaba buscando información sobre el proceso de escribir. Por casualidad encontré algunos artículos sobre la escritura terapéutica. La verdad yo siempre he escrito sobre diversos temas, pero nunca había visto la escritura como algo terapéutico.
El tema me llamó la atención así que leí varios artículos. En uno de ellos aprendí que desde la antigüedad los seres humanos han usado la palabra escrita como herramienta curativa. Además, descubrí que incluso hay cursos para ayudar a las personas a expresarse por escrito para superar situaciones difíciles.
Personalmente he visto los beneficios de la escritura en diferentes contextos de mi vida. Hace cuatro años me
diagnosticaron cáncer de mama, y a veces me
resultaba difícil expresar verbalmente cómo me
sentía. A menudo no quería hablar con nadie.
Otras veces, cuando quería hablar, la gente no
estaba disponible, y cuando alguien hablaba conmigo, sentía que no me estaba prestando
la atención que yo necesitaba en ese momento.
Cuando murió mi padre, yo vivía en el extranjero, así que por diversos
motivos no pude asistir a su entierro. Me sentía infinitamente triste, entonces
le escribí varias cartas y poemas haciéndole
saber lo importante que él había sido en mi vida y lo duro que era para mí su partida.
Durante el proceso que viví con el cáncer, tomar una hoja de papel en blanco y escribir exactamente
cómo me sentía me ayudó a sacar mis emociones a flote, especialmente porque mi estado de
ánimo era cambiante; como una montaña rusa. Si
estaba enojada, triste, sintiéndome culpable o perdida, descubrí que un papel y
un bolígrafo eran mis mejores aliados para
expresar mis sentimientos.
Cuando escribía, la pluma lo hacía sin
cuestionarme y el papel recibía la
información sin reserva alguna. Lo más
importante era que podía decir exactamente lo que
quería y lo que pensaba. Además, en el proceso de escribir, si
cambiaba de opinión, todo lo que tenía que hacer era tachar lo que había
escrito, que podía ser un párrafo completo, una oración o todo el escrito.
También podía arrojar el papel a la basura y no pasaba
nada.
En momentos duros, pasaba mucho tiempo pensando
una y otra vez sobre el mismo tema, como tratando de encontrar una luz que me ayudara a recomponer
mi vida. Escribir me ayudó a visualizar el problema y a aclarar mis sentimientos. Descubrí
que escribir me permitía lograr algo que no podía hacer con la gente, ya que
después de contarle a alguien la misma historia más
de dos veces, la gente comenzaba a aburrirse y
solía sentirme perdida y a veces no apreciada.
Al describir como me sentía, también descubrí algunas hermosas palabras y expresiones nuevas. Mi comprensión de la vida se hizo más profunda, más
crítica y objetiva. Esto también cambió la forma en que percibía las cosas en
general; mis sentidos se agudizaron. Me volví más observadora
y descubrí nuevos colores, nuevos olores, nuevos sonidos, nuevos sabores y nuevas
formas de experimentar y de entender la vida.
El papel y la pluma se convirtieron en
elementos relevantes y en una especie de nuevos amigos incondicionales. Lo mejor de todo era que podía
llevar estos elementos a todas partes y estaban disponibles para usarlos cuando yo lo quisiera.
Quiero animar a todos mis lectores a que escriban y a que descubran los beneficios de escribir por ellos mismos.
Bibliografía:
- The Human Condition. "Writing Therapy." Available at: https://thehumancondition.com/writing-therapy/
- National Center for Biotechnology Information (NCBI). "The Health Benefits of Writing: A Review of the Literature." Available at: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3505408/
- Psych Central. "The Power of Writing: 3 Types of Therapeutic Writing." Available at: https://psychcentral.com/blog/the-power-of-writing-3-types-of-therapeutic-writing#1
- Mente Amente. "Escritura Terapéutica." Available at: https://www.menteamente.com/blog-salud-mental/escritura-terapeutica