“¡Una imagen vale más que mil palabras!”
Todos reaccionamos de manera diferente cuando recibimos malas noticias sobre nuestra salud. Algunos de nosotros solo queremos escuchar la explicación del médico y seguir sus consejos sin hacer muchas preguntas, otros discuten el tema con familiares y amigos, otros buscan una segunda opinión profesional. También, hay otros como yo, que hacemos todas las anteriores, y además nos tomamos la tarea de hacer nuestra propia investigación para poder entender bien la situación y tomar las mejores decisiones.
Cuando me diagnosticaron cáncer de mama, le pedí al oncólogo que me hiciera un dibujo para mostrarme el tamaño del tumor y el lugar específico donde este se ubicaba. En la carpeta de mi archivo médico, el oncólogo tenía un diagrama básico de un seno y en este hizo un punto para mostrarme la posición del tumor. También me dio una explicación detallada del asunto, pero como yo estaba tan aterrada con la noticia, mi cerebro no pudo procesar su explicación ni nada relacionado con el tumor.
El día de la operación me hicieron una ecografía. A estas alturas del proceso, ya me había adaptado a la nueva realidad de ser paciente de cáncer, así que tuve el coraje de pedirle a la radióloga que me mostrara el tumor en la pantalla y ella lo hizo.
Me sorprendí mucho cuando vi la imagen del tumor. Yo había pensado que todos los tumores eran como una especie de bola redonda, pero lo que yo estaba viendo en la pantalla era una masa un tanto plana con una protuberancia en el centro. La mejor descripción que pude darles a las personas que estaban en ese consultorio fue, que el tumor para mí tenía más o menos como la forma de un huevo, cuando este se pone en un recipiente para ser frito.
Cuando la especialista escuchó mi extraña descripción del tumor, me dijo que los tumores tenían todo tipo de formas y texturas. Le respondí que el mío se veía horrible y que era un ataque a la estética perfecta del cuerpo humano que Dios había hecho.
El comentario de la radióloga me intrigó mucho, así que después de la operación, me puse a leer sobre los tumores y encontré algunas imágenes y diagramas que me ayudaron a comprender mejor el cáncer.
La siguiente imagen es de la Clínica de Mayo. Esta imagen la encontré particularmente útil dado que muestra un tumor en el mismo lado y lugar del que yo tenía. También muestra los ganglios linfáticos. Después de ver detalladamente esta imagen pude entender las conversaciones que había tenido con el oncólogo sobre remover dos de mis ganglios centinelas que son los primeros dos ganglios hacia los que se disemina el cáncer. Para leer el artículo presione aquí.
Mi signo del zodíaco es cáncer y como la gente suele asociar a la enfermedad del cáncer con la muerte, cuando era pequeña no me gustaba tener este signo zodiacal. Le tenía pánico y lo detestaba con todo mi ser. Deseaba haber nacido unas semanas más tarde para poder ser LEO. No podía entender la relación entre un símbolo hermoso del zodíaco que podíamos ver en el firmamento con una tumba que es donde la gente termina producto del cáncer.
La forma del tumor me despertó mucha curiosidad, así que cuando llegué a casa busqué una explicación seria del significado de la palabra “cáncer.” Para hablar en términos más elaborados, lo que vi en la pantalla fue una superficie algo redondeada de la cual salían unas patas, en la forma de cangrejo. Aprendí que la palabra “cáncer” proviene del idioma griego, de “carcinos” que significa cangrejo. Los primeros en llamar a los tumores “carcinos” o “cáncer” por su forma, fueron los griegos. Después de conocer esta información, la imagen de la Clínica de Mayo recobró aún más sentido para mí.
Además, pude entender la relación entre la palabra “cáncer” como enfermedad y la palabra “cáncer” como signo del zodíaco. A los griegos se les suele atribuir el origen de las constelaciones y, en la mitología griega la constelación de Cáncer se asocia con el cangrejo.
La imagen de las células cancerosas fue tomada de Nursing Centre. Para leer el artículo presiona aquí.
Otra situación en la que las imágenes fueron vitales para mí fue cuando me informaron que mi tratamiento incluía radioterapia. Una amiga mía, que sobrevivió al cáncer como yo, me dio una explicación sobre el procedimiento. Pude entender la teoría, sin embargo, no pude hacerme una imagen mental de lo que ella me estaba diciendo.
Al investigar sobre lo que implicaba la radioterapia, encontré la siguiente imagen de British Institute of Radiology. Esta imagen fue bastante útil porque me permitió ver un consultorio con la máquina y esto me ayudó a estar más preparada para el tratamiento. Para leer el artículo completo, presione aquí.
Como es bien conocido por mis lectores, he publicado un libro que cuenta la historia de lo que hice para lidiar con el cáncer. La escuela donde trabajo me invito para que les diera una charla a los estudiantes para que me conocieran como autora.
Hablar de mi libro significaba hablar cáncer, pues en efecto el tema del libro es ese.
Al preparar mi presentación en PowerPoint para la charla, pensé que debía incluir algunas imágenes para explicarles a mis estudiantes hasta dónde me había llegado el cáncer. Estas imágenes me permitieron hacer la presentación más clara y los chicos me comentaron que habían podido conectar mis palabras directamente con las imágenes y entender lo que yo estaba explicando fácilmente. Para leer el articulo completo, presione aquí.
Usar imágenes para comprender enfermedades es una gran herramienta que podemos utilizar para visualizar la situación. Las imágenes y los diagramas facilitan la comprensión de conceptos complejos, especialmente cuando se trata de una enfermedad potencialmente mortal, como el cáncer. Además, a veces uno está tan preocupado por lo que conlleva la enfermedad, que simplemente no puede absorber las explicaciones técnicas de los especialistas, y las imágenes pueden explicarse por sí solas. “¡Una imagen vale más que mil palabras!”